miércoles, 14 de marzo de 2018

¿Estás buscando satisfacción?

                                                       Es muy fácil sentirse satisfecho cuando las cosas van como nosotros queremos. Pero, ¿cuando sucede eso? La Biblia dice que debemos aprender a contentarnos en cualquier situación, porque si ponemos nuestras vidas a la espera de lo que queremos que suceda, ¡quizás tengamos que esperar mucho tiempo!. Un filósofo griego dijo: "No eches a perder lo que tienes por desear lo que no tienes. Recuerda de que lo que dispones ahora es lo que esperaste anteriormente".
                                                       Hay tres cosas que nutren constantemente nuestra insatisfacción: (1) La codicia. Cuando estás centrado en lo que no tienes, no estás disfrutando de lo que Dios te ha dado ya. ¡Date por satisfecho! Marcarse metas es muy bueno, pero deja de concentrarte tanto en el resultado final y aprende a gozarte en el Señor mientras estés en camino; (2) El miedo. Éste te obliga a huir de algo que no te está persiguiendo...Es lo que el enemigo utiliza para (a) robarte la paz y estabilidad: (b) atormentarte con el " ¿ y si ...? " ; (c) impedir que confíes en Dios. El salmista dijo: "No temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?. (3) Buscar complacencia en los lugares equivocados. Dios dijo: "...mi pueblo...me dejaron a Mí, Fuente de agua viva, y cavaron para sí ...cisternas rotas que no retienen agua". Se dice que pasamos los primeros cincuenta años de nuestra vida buscando seguridad y el resto de nuestra existencia intentando dar con su relevancia. Sin embargo no tenemos por qué vivir así. ¿Estás buscando satisfacción?
¡Prueba a Jesús!.     

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