lunes, 12 de marzo de 2018

"No nos atrevemos a...compararnos..."

                                                      Alguien escribió: "Cuando otros no comparten tu punto de vista, ¿muestras desaprobación? ¿Y que dices cuando alguien tiene un coche más nuevo o una casa más bonita, o un peinado o una ropa que nunca llevarías? ¿Y si están divorciados.o son padres solteros, o --¡el Señor no lo quiera!--mantienen una relación que no apruebas? ¿Podrías convivir en armonía con ellos, o sacarías tu 'libro  de reglas de comparación'? La Biblia dice que no debemos "...compararnos...", porque todos somos distintos. Compararse no es correcto; conduce a las críticas, a la competencia, al control y a la codicia. Es un indicador de que eres inseguro y de que la gracia es un concepto ajeno para ti. Tener la gracia de Dios significa dejar a los demás libres para que sean ellos mismos y sin esa actitud legalista que requiere que otros se conformen  a nuestros estándares". "Tú quien eres que juzgas..." 
                                                     Otra persona también escribió "Ser aceptado significa que eres valioso tal y como eres, que no estás forzado a encajar en las ideas de otra persona, que puedes expresar tus sentimientos  y sus porqués, y que a alguien le importas de veras. que puedes probar conceptos sin ser criticado, que incluso puedes expresar pensamientos heréticos y discutirlos con un interrogatorio fiable. En otras palabras, te sientes seguro. Nadie te va a juzgar, aunque no estén de acuerdo contigo. Esto no significa que nadie te va a corregir, simplemente poder ser tú mismo con toda tranquilidad". Si tú también puedes decir esto de todo corazón, es que estás creciendo en la gracia divina.  

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