martes, 6 de marzo de 2018

Grandes expectativas

                                                       No se trata del tamaño del perro en la pelea, sino del "¡tamaño" de la pelea en el perro!". David no tenía ni rango, ni las artimañas ni el entrenamiento necesario, pero disponía de actitud de ganador. Tan grandes eran sus expectativas que "... se dio prisa y corrió a la batalla contra el filisteo". Mientras Saúl y sus soldados estaban escondidos, David corría para encontrase con el desafío. ¡Menuda confianza! Ahora bien, no estamos hablando de fe en nuestra propia capacidad, sino en
".. Aquél que es poderoso para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros".
                                                       Un profesor de Psicología hizo una investigación para una importante compañía de seguros y descubrió que los vendedores que esperaban tener éxito vendían el doble de los que no tenían esa convicción. Algunos investigadores han descubierto que hay una mayor correlación entre la autoconfianza y el logro que entre el coeficiente de inteligencia y el logro. ¿Sabes una cosa? El Dios que vive en ti solo es limitado por una cosa: por tu incapacidad o indisposición para creer en ti mismo. Cuanto más crees en ti mismo, más podrás realizar. Y si sigues creyendo y teniendo grandes expectativas, algún día te verás haciendo lo que anteriormente considerabas imposible. ¿Por qué? Porque "...para Dios todo es posible". Se dice que si Miguel Angel hubiera hecho caso a sus dudas o a sus críticos, habría acabado pintando el suelo de la Capilla Sixtina en vez del techo, y ahora nosotros no podríamos admirar su trabajo. Lo cierto es que los grandes resultados comienzan con grandes expectativas.   

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