martes, 24 de abril de 2018

El perdón (2)

                                                       Un niño que se había portado mal con su madre, se escabullía escaleras arriba cuando la madre le preguntó: "¿Dónde vas jovencito?", ! A hablar con Dios en mi habitación", respondió. "¿No hay algo que me quieras decir antes?", dijo ella. "No, respondió él, Tú te enfadas pero el Señor me perdonará y lo olvidará". Mucho después de que pienses haber perdonado a alguien, todavía puedes estar albergando malos pensamientos. Aquí tienes algunas pistas para saber si queda trabajo por hacer ; te enfadas cuando piensas en lo que pasó; le das la espalda a tu agresor; revives el incidente mentalmente y en ciertas conversaciones; aprovechas cada oportunidad para recordarle al agresor lo que hizo.
                                                         Negarte a dejar lo pasado olvidado es solo otro modo de justificar una actitud de falta de perdón. La Biblia dice que hay dos cosas que Dios no va a compartir: su gloria y su derecho a dirimir viejas cuentas. Él dijo: "Mía es la venganza, Yo pagaré". No usurpes su autoridad intentando vengarte; quítate de en medio y deja que Él lo resuelva. "Cuando lo maldecían no respondía con maldición...encomendaba la causa al que juzga  justamente". El rencor te encadena al agresor y te conviertes en su rehén. Dar mucho pensamiento a lo que tus padres te hicieron, a cómo tu socio se apropió el mérito de tu trabajo, a lo que alguien dijo acerca de ti, causa que tú, no ellos, te amargues. Muy agitado, das vueltas y vueltas, y éstos ni saben que estás ofendido. ¿Por qué vas a darle a alguien tal control sobre tu vida?. Lo que es importante  es lo que pasa en ti, no a ti, Así que, perdona, olvida, y ¡sigue adelante!.       

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