Aquí tienes tres puntos con los que deberías de tener mucho cuidado y a través de los que, si te descuidas, el enemigo te atacará: (1) La fatiga. En los tiempos del Antiguo Testamento, tener la primogenitura significaba heredar mas del doble de los bienes del padre que los demás. En circunstancias normales, Esaú ni siquiera hubiera considerado vender su primogenitura, pero lo hizo en un estado de agotamiento. El cansancio puede hacerte perder perspectiva y tomar decisiones que son convenientes en vez de buenas a largo plazo. Recuerda estas cuatro situaciones: cuando estás: hambriento, enfadado, solo o cansado, eres vulnerable y puedes tomar malas decisiones.
(2) La lujuria. El rey Herodes fue seducido por una bailarina, y sin pensar en las consecuencias dijo: "Todo lo que me pidas te daré..." Entonces ella le pidió la cabeza de Juan el Bautista... Como él era rey no se pudo echar atrás. Aquel momento de lujuria le costó a Herodes seguir siendo rey y la vida. Ten cuidado donde vas a buscar desasosiego y como reaccionarás cuando lo encuentres, porque te puede costar muy caro.
(3) El desaliento. En un momento de desánimo, Pedro hizo lo que nunca haría : negar a su Señor. El desaliento puede hacer que digas cosas que no quieres decir y hacer cosas que no van con tu carácter. Es posible que Jesús hubiera tenido en mente la fatiga de Esaú, la lujuria de Herodes y el desaliento de Pedro cuando dijo: "...si el padre de familia supiera a qué hora el ladrón habría de venir, velaría...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario