miércoles, 25 de abril de 2018

El perdón (3)

                                                  Si te cuesta mucho perdonarte por algo que hiciste en el pasado, tal vez que sea que estés recogiendo lo que sembraste- Y especialmente duro (pero no imposible) dejar de sentirte mal cuando has condenado a alguien por haber hecho aquella misma cosa. Aquí tienes una verdad bíblica que debes entender, aceptar y seguir: mientras vivas, vas a tener que seguir perdonándote a ti mismo así como a los demás. Cuando la culpabilidad y la condenación te digan que tus pecados son demasiado grandes para el perdón del Señor, recuerda lo que dijo Pablo: "...Jesús vino...para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrara en mí ... toda su clemencia". 
                                                     Antes de convertirse, Pablo persiguió a los seguidores de Cristo, matando y torturando a los creyentes; así se ganaba la vida. Y si él pudo aprender a perdonarse a sí mismo, tú también puedes . De hecho si no lo haces, estás insinuando que tus trasgresiones están fuera del alcance de la gracia de Dios para perdonarte y de la sangre de Cristo para purificarte. Y éste es aún un pecado mayor, el orgullo. Además cuando alguien tiene problemas con otros siempre, tal vez lo que pasa realmente es que "busca" a alguien que lo ofenda ; de ese modo, puede señalar lo mala que es esa persona y sentirse mejor. El orgullo y una actitud de  enjuiciamiento se alimentan el uno del otro, del mismo modo que la humildad nutre el perdón. El Señor dijo:"Yo,Yo soy quien borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados". Cuando adoptes una actitud humilde y te esfuerces en perdonarte como Dios lo hace, será mucho más fácil no tomar en cuenta los errores de los demás. Haz la prueba, ¡te sorprenderás!.

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