lunes, 18 de junio de 2018

"¡Bueno/a hasta la última gota!"

                                                Cuando el atleta canadiense Donovan Bailey corrió los 100 metros en 9,84 segundos, él fue aclamado como el hombre más rápido del mundo. Pero todo podía haber sido muy distinto ya que --habiendo ganado tantas carreras-- él tenía problemas para aceptar instrucciones y comprometerse con el riguroso entrenamiento requerido. Después de su gran triunfo, algunos expertos que revisaron los vídeos de la carrera hicieron un descubrimiento muy interesante: él no dejó de tener ímpetu en ningún momento. De hecho, ¡todavía estaba acelerando en el momento de cruzar la meta!.
                                                 Isaías dijo: Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas". así que, ¡ vive intensamente hasta el día que Dios te llame a casa!. Caleb lo hizo: escucha:
"...ahora tengo ochenta y cinco años de edad .Todavía estoy tan fuerte  como el día en que Moisés me envió. Cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza apara combatir...Dame pues ahora este monte, del cual habló el Señor aquel día ...Josué entonces lo bendijo y dio a Caleb...a Hebrón como heredad...por cuanto se había mantenido fiel al Señor , Dios de Israel" . Una autora cristiana escribió:
Ya he recorrido la mitad de '...la carreras que tenemos por delante...'. Hacer sprint está fuera de mi programa, el footing es arriesgado e incluso un paseo vigoroso me deja sin aliento. En este "capítulo" de mi vida , lo único que quiero hacer es disfrutar de ella. Sin embargo, mi "Entrenador" no me permitirá que 'dé un patinazo'. Hacerme mayor significa tener más tiempo y medios para ejercitar los dones que Él me ha dado. En vez de desacelerar, quiero estar acelerando cuando "cruce la meta". O, como decía un anuncio de café: "¡ Bueno/a hasta la última gota!".    

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