lunes, 4 de junio de 2018

Perdona, porque tú también has sido perdonad0

                                                  Relatando su experiencia como prisionero de guerra alguien contó como una tarde, después del trabajo, un guardia se percataba de que faltaba una pala. Estando seguro de que alguno de los prisioneros la había robado, gritaba exigiendo que el culpable diera un paso adelante. Como no aparecía, se dispuso a matarlos uno a uno hasta que saliera el culpable. De pronto un soldado escocés rompió filas, se puso firme y dijo: "Lo he hecho yo". Allí mismo, el guardia lo golpeó hasta matarlo. Cuando su furia se aplacó, el resto de los prisioneros tomó el cuerpo de su amigo junto con las herramientas y volvió al campamento. En aquel momento se contaron de nuevo las palas y se dieron cuenta de que el guardia se había equivocado. No faltaba ninguna... ¿Quién asumió la culpa de algo que no había hecho? El Mesías:
"Ciertamente apenas morirá alguno por un justo; con todo...que alguien tuviera el valor de morir por el bueno. Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" de ahí que, Él es el único "...mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo..." 
                                                    Un mediador reconcilia las diferencias y negocia los acuerdos. En el Calvario, Jesús estaba ante la ira de Dios y el castigo por nuestros pecados. Habiendo vivido la vida que nosotros no podíamos vivir y cargando con el castigo del que no pudimos escaparnos, Él nos ofrece la redención que, de otra manera, no hubiéramos podido obtener. Ahora, la pregunta a la que debemos responder es esta: Si Él nos amó tanto, ¿no podríamos amarnos los unos a los otros? Habiendo sido perdonados, ¿no podríamos perdonarnos también?.      

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