Para poder alcanzar el destino que Dios ha establecido para ti, debes hacer estas siete cosas: (1) Negar a rendirte a malos pensamientos. Cuida tu mente. Haz de ella una ciudad fortificada donde no puedan penetrar los pensamientos negativos y las influencias perjudiciales. (2) Resistir a la tentación de la introspección. Solamente el Espíritu Santo tiene el derecho a examinar los corazones y las mentes de los seres humanos. Cuando el Señor decida mostrarte un área de tu vida que necesita corrección. (3) Luchar usando la Palabra de Dios. Que el "Rhema" --esa palabra especial que Dios te da en un momento determinada al leer las Sagradas Escrituras--sea tu fuerza en los momentos de dificultad y prueba. Durante la tentación en el desierto, Jesús utilizó las Escrituras para hacer huir a Satanás. Y el "arma" de la Palabra de Dios todavía sigue funcionando.
(4) Escuchar la suave voz del Señor en tu interior. Dios no juega al escondite referente a conocer su voluntad. Disciplínate apartando un tiempo a solas con Él y florecerás.
(5) Cambiar a un nivel más alto de fe. Antes de matar a Goliat, David tuvo que matar a un león y a un oso. Hoy en día nos estamos enfrentando a temas que requieren que pasemos a un nuevo nivel de fe; (6) Alinearte correctamente. Dios está alineando a su pueblo, juntando a los que se mantendrán firmes y unidos en el día de la batalla. Es de gran importancia que sepas con quien puedes ir a luchar, y solo encontrarás a tales personas en momentos de prueba. Valóralas grandemente, porque con ellas tienes un pacto muy especial y solemne.(7) Pedir al Señor que te de claridad acerca de la fase de crecimiento espiritual en la que te encuentras. Saber que estás preparándote para cumplir tu destino evitará que dudes, que eches atrás o que tires la toalla. La palabra que Dios tiene para ti hoy es: ¡sigue adelante y cumple el destino que Él te ha dado!.
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