miércoles, 6 de junio de 2018

Habla a su espíritu

                                                    Todos hemos oído las historias de personas que han estado en coma, incapaces de responder y sin embargo, totalmente conscientes de lo que sucedió a su alrededor. Un paciente contaba haberse sentido atrapado en su cuerpo cuando escuchaba a sus seres queridos decir que habían perdido las esperanzas, y cuando los médicos hablaban acerca de desconectarlo de la máquina de respiración asistida...En estos casos hay un principio importante para la supervivencia. Cuando hables con alguien que esté pasando por grandes adversidades o por alguna enfermedad grave, háblale vida a su espíritu, a esa parte suya que es capaz de levantase en fe y de responder:  "...la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios".¿Y como viene la fe? Escuchando a lo que el Señor piensa, lo que dice y lo que puede hacer cuando los demás se han rendido.
                                                     Es posible que digas: " Pero la situación no tiene esperanza alguna" Tal vez, sin embargo, hasta que no hayas recibido algo de parte de Dios, no se ha dicho la última palabra. Él dijo al profeta Ezequiel que se pusiera en un valle que estaba lleno de huesos secos (¡más feo no podía ser el cuadro!) y que pronunciara: "Así ha dicho el Señor ...a estos huesos: Yo hago entra espíritu en vosotros y viviréis ". Ahora bien, no puedes aferrarte a un ser querido cuando Dios en su soberana sabiduría decide que es el momento de llevárselo a casa. Pero hasta que eso ocurra, habla palabras de vida a su espíritu y a ti mismo también. La fe no niega la  realidad de las circunstancias, sólo se niega a ser intimidada, limitada o gobernada por ellas. Por eso Pablo escribió: "De manera que...a nadie conocemos según la carne....". 
Así que, no olvides de infundir palabras de vida a su espíritu y -- de paso--al tuyo también.

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