Los nuevos cristianos no son los únicos a quienes les asedia la duda; también los creyentes de tiempo son afectados por eso. Un escritor cristiano llama a estos momentos: "tormentas de dudas...dias turbulentos donde el enemigo es demasiado poderoso, la tarea a realizar demasiado grande, el futuro demasiado gris...y apenas encontramos respuestas. Tomás dijo: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos....no creeré...Jesús dijo: acerca tu mano...y no seas incrédulo, sino creyente" Tomás hizo la pregunta que todos hacemos cuando dudamos: 'Si Dios es tan bueno, ¿por qué me siento tan mal? Si su mensaje es tan claro, ¿por qué estoy tan confuso? Si Él está en control, ¿por qué la gente buena sufre problemas tan devastadores? Prefieres ser cínico a ser hipócrita, así que oras sin demasiada convicción y cuestionas...los niños que pasan hambre...el poder de la oración...hasta donde llega la gracia de Dios...los cristianos que sufren de cáncer en los hospitales...y quién eres tú para hacer todas esas preguntas.
Alguien dijo: "La verdaderas fe solo entra en acción cuando nom hay respuestas". Dios dice: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos mis caminos..." La verdad es que Dios no piensa como nosotros. Él contempla el panorama completo y opera con un propósito en mente. En una de las conversaciones con sus discípulos, Jesús dijo: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar". Cuando te des cuenta de que estás dudando de Dios y cuestionándole, quiero una prueba de tu amor. Ayúdame a ver más allá de mi deseo de paz y comodidad, más allá de mis dudas y mis preguntas sin respuesta a fin de que pueda captar la verdad de tu gracia y de tu amor indefectible.
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