jueves, 7 de febrero de 2019

Personas de aguante (2)

                                              Otros dos rasgos de las personas de aguante son:  1) Dejan que el sufrimiento les ayude a crecer. En la cúspide de su carrera de fotógrafa Linda Joy supo que se estaba quedando ciega. Pero una voz interna le decía: "Esto no es el fin, es el principio". Comenzó entonces a escribir poesía, descubrió su don de conferencista de temas de superación personal y fundó el True Visión Institute para enseñar a los niños a descubrir y usar sus recursos internos. La Biblia dice: "...Aunque...caiga el justo, volverá a levantarse". Encontrar propósito en medio de la desgracia no es nada nuevo. Los supervivientes de enfermedades supuestamente terminales, de catástrofes naturales o del Holocausto y los padrees de hijos con enfermedades crónicas siguen siendo una prueba palpable de cómo los luchadores se aferran a un hilito de esperanza y dan la vuelta a la situación. Pablo habló de estar "atribulados en todo, pero no angustiados...derribados, pero no destruidos...". Enfrentar los desafíos de la vida hace que se ejercite nuestra confianza y esa actitud positiva que dice: "Yo ya he pasado por eso, lo he superado y saldré de esta". Un jugador de baloncesto comentó: 'He fallado más de 9.000 tiros a cesta durante mi carrera deportiva...he perdido más de 300 partidos...en 26 ocasiones me pidieron que tirara la canasta que decidiría el partido y la fallé. He intentado y fallado una y otra vez. Pero precisamente por eso he triunfado tanto'.
                                                   2) Se proponen cambiar aquello que pueden cambiar. Dice Pablo: "...el bien que cada uno haga, ese recibirá del Señor..." Los trabajadores que excavaron entre los escombros para rescatar a los supervivientes del atentado de Oklahoma City, aunque lógicamente estaban abrumados por la situación, sin embargo mostraron menos síntomas de  desorden de estrés postraumático de lo que cabía esperar. En los campos de concentración, los prisioneros que regularmente daban a otro su último bocado, fueron un ejemplo de que la actitud es una decisión personal que no está sujeta a circunstancias. ¿Cómo es posible? Obteniendo la fortaleza de Dios y aprendiendo a controlar la única cosa que de verdad puedes controlar: a tí mismo.  

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