jueves, 28 de febrero de 2019

No dejes que el miedo te paralice

                                                  Pregúntate: '¿Qué emprendería si no tuviera miedo de fracasar? Jesús hablo de un hombre que confió sus negocios a tres empleados de confianza. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno. En tiempos  bíblicos, un talento representaba aproximadamente el salario de quince años, por lo que puedes imaginar lo que significaba esto para ellos. Era una oportunidad única para que cada uno pusiera en práctica sus destrezas, desarrollara su iniciativa, tomara decisiones sensatas y disfrutara de sus inversiones. Y eso fue exactamente dos de los empleados doblando así su dinero. Pero el tercero tenía miedo al fracaso, así que enterró su talento. Jesús describe a este hombre como "malvado" y dijo que su talento le sería quitado y entregado al hombre que usó los suyos de manera rentable. No fue juzgado por lo que hizo, sino por no hacer nada.
                                                   El temor al hombre, el miedo al fracaso y el temor a ser rechazado van a tentarte para que entierres tu don, pero ¡No lo hagas! Si no tienes el coraje de empezar--ya estás acabado. Cuando Dios llamó a personas como Moisés, Gedeón, Débora y Esther, todos ellos tuvieron que sobreponerse a sus miedos innatos; y tú tendrás que hacer lo mismo. Mientras el pueblo de Israel pasaba por el desierto, el temor a la escasez les hizo desear volver a la esclavitud de Egipto. El miedo a ser perseguidos hizo que los discípulos de Jesús lo abandonaran en su hora más oscura y que Pedro lo negara--tres veces--. ¡No dejes que el miedo te paralice! La forma con que usas tus talentos es un asunto de suma importancia. Tanto es así, que en base a ello Dios te juzgará y te recompensará en su día.

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