Cuando te ponen etiquetas, esos nombres pueden hacer que te encojas, en lugar de que te expandas para alcanzar tu verdadero potencial. Pero el Dios que dio a Jacob una nueva identidad, te dará también una a tí. ¿Sigues batallando con los apodos que te daban antes y con las viejas imágenes que tienes de tí mismo? No cambiará nada en tu vida a menos que cambie primero en tu mente. Raquel, la esposa de Jacob, murió en el desierto después del parto. Justo antes de morir, llamó al recién nacido Benoni, que significa "hijo de mi dolor". Pero cuando la partera le dio el niño a su padre Jacob, éste dijo: 'No se va a llamar Benoni, hijo de mi dolor, sino Benjamín, hijo de la mano derecha (hijo del poder). ¿Sabes que nombre prevaleció? ¡Benjamin!.
Ten en cuenta esto: Eres quien Dios dice quien eres, no lo que otros te llamen . Si Dios no tre ha puesto un nombre determinado, entonces no es tuyo. Sólo cree lo que Dios dice de tí. Nadie entendió mejor que Jacob el poder encerrado en el cambio del nombre. En la presencia de Dios, el embaucador Jacob se le cambió el nombre a Israel, "...porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido". Jesucristo rompe el poder de todo lo negativo en tu vida. Por consiguiente, eres un santo, no un pecador, un vencedor no un perdedor. Cuando alguien trate de etiquetarte, dile que ya no respondes a ese nombre, que esa persona ya murió, fue enterrada y resucitó con Cristo. Dios te ve como una nueva criatura, ¡así que empieza a pensar, a hablar y actuar como tal!
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