Ser padre es un privilegio, por lo tanto asegúrales a tus hijos de que ellos te importan más que el éxito de tu carrera o el adquirir más cosas materiales. Nunca dejes pasar la oportunidad de afirmarles tu amor y de ser parte de sus vidas. Ser padre es una gran responsabilidad, porque Dios no le va a pedir cuentas de tus hijos al gobierno ni al sistema educativo, sino a tí. "...No te olvides de las cosas que tus ojos han visto ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos",Ser padre es una oportunidad limitada, si descuidas demasiado a tus hijos, éstos llegarán a la conclusión de que no importan tanto como las cosas por las que les sacrificas. Si llegan a ese punto, tal vez los pierdas. ¿Quieres pagar tan alto precio? ¿No? Entonces, vuelve a considerar tu escala de prioridades.
En El libro Fracturas del Estrés , su autor Charles Swindoll escribe "Recuerdo vividamente el tiempo en que estaba atrapado en la corriente de demasiados compromisos y escaso tiempo. En este estado pronto empecé a mostrarme irritable con mi esposa y con mis hijos, atragantándome en las comidas y enfadándome por las interrupciones inesperadas del día. Poco después, todo en el hogar comenzó a reflejar ese patrón de mi vida acelerada. Y la situación se estaba haciendo insoportable. Recuerdo claramente que una noche después de cenar, mi hija pequeña quería decirme algo importante que le había pasado en el colegio ese día. A toda prisa dijo: 'Papá-tengo-que-decirte-algo-pero-te-lo-voy-a-decir-muy-rápido.' Al darme cuenta de su frustración le dije: "Mi vida, me lo puedes decir...y no tiene que ser muy rápido. Dímelo despacio." Nunca olvidaré su respuesta: 'Entonces, escúchame despacio'.
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