domingo, 25 de octubre de 2020

Deja que el orfebre haga su trabajo

                                         Es duro ver a un ser amado cuando está pasando por el fuego purificador; sin embargo ése es el único modo de obtener plata pura. Nos resulta difícil observar cómo el orfebre aviva el fuego hasta que toda la escoria sale a la superficie, se elimina toda impureza y, por fin,él puede ver su rostro alejado en el metal. Hasta que no llegue a ese punto, no da por acabado el proceso. Eso mismo es lo que Dios se ha propuesto con cada uno de nosotros. Cuando oramos: 'Hazme más como Jesús', estamos pidiendo al Espíritu Santo que haga su obra en nosotros. Por lo general no vambiamos hasta que el dolor de quedarnos como estamos llega a ser insoportable. Paraa la mayoría de nosotros, la clave para el crecimiento no es el conocimiento, sino el sufrimiento.

                                          Por mucho que ames a alguien, no intentes rescatarlo del trato de Dios. Lo peor que se hubiera podido hacer para ayudar al Hijo Pródigo era haber ido a la pocilga donde se encontraba y limpiatla pata que se hubiera sentido más cómodo. Debemos "facilitar" el trabajo al orfebre y dejar que complete su obra. Jacob creyó, durante una buena parte de su vida, que no necesitaba a Dios. Seguramente se dijo: 'Todo va bien, estoy satisfecho, no necesito nada más,' Pero llegó la hora de volver a su tierra, de presentarse a su padre y enfrentarse a la ira de su hermano Esaú, a quien había tratado injustamente, Fue entonces ciando se dispuso a luchar con Dios y decir: "...No te dejaré si no me bendices" .Normalmente los cambios se producen cuando algo te duele tanto que tienes que cambiar, cuando aprendes tanto  que te entra el deseo de cambiar y cuando recibes tanto que aceptas de buen grado los cambios.

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