martes, 13 de octubre de 2020

Memoriza las Escrituras

                              Nada paga mayores dividendos espirituales que memorizar las Escrituras. Se fortalecerá tu vida de oración; tu testimonio delante de los demás será más efectivo; te pedirán que aconsejes a otros; tu mente se encontrará más despierta, te sentirás más seguro de ti mismo; cambiará tu perspectiva de la vida y se reforzará tu fe.Si ya has intentado memorizar la Escritura antes y te has dado por vencido, vuelve a intentarlo, siguiendo las siguientes pautas: 1) Elige el buen momento, cuando tu mente esté libre de distracciones externas. 2)Aprende la referencia (libro, capítulo y versículo) repitiéndola cada vez ue digas el versículo, porque es más difícil recordar los números que las palabras. 3) Lee cada versículo varias veces. en voz baja y en alta. Escucharse a sí mismo facilita el proceso de memorización. 4) Divide el pasaje en frases. Aprende primero la referencia, liego la primera frase. Luego repite la referencia y la primera frase y pasa a la segunda. Sigue añadiendo frases hasta que completes el pasaje. Es mejor aprender una pequeña porción a la perfección que una grande con errores. No pases al siguiente versículo hasta que hayas aprendido el anterior. 5) Repasa el versículo. Luego vuelve a repetirlo después de 20 o 30 minutos. A lo largo del día, afirma el pasaje en tu mente con la constante repetición (unas 15 o 20 veces; lo puedes hacer mientras conduces o trabajas) 6) Proclama el versículo en cuanto se presente la ocasión, La finalidad de la memorización de las Escrituras no es académica, sino práctica. Usa el versículo en las conversaciones, en correspondencia, en oportunidades de cada día. Aplícalo a lo que vives a diario.¡Te sorprenderás de los resultados!

 

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