jueves, 15 de octubre de 2020

Poder con propósito

                                 Debes entender dos cosas: Primera, las creencias "prestadas" no tienen poder. Tienes que tener un encuentro personal con Dios para que tu vida influya en los demás. Después de que los apóstoles fueron llenos del Espíritu Santo, leemos: "...Con gran poder los apóstoles daban testimonio...y abundante gracia era sobre todos ellos" Segunda, el poder que no se usa pierde su valor. Escribe Isaías "Los quicios de la puerta se estremecieron...y la casa se llenó de humo" ¡Imaginemos semejante experiencia en nuestra Iglesia! Pero Isaías tuvo que irse, salir afuera y cumplir el llamado de Dios. "Despues oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces respondí uo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda y dile a este pueblo..." Debes pasar tiempo men la presencia del Señor, cultivando una relación con Él, para poder compartir su Palabra con los que están sufriendo a tu alrededor.

                                 Cuando Jesús llevó a sus discípulos al Monte de la Transfiguración, Pedro se emocionó tanto con  la experiencia que quería quedarse allí: "...Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí..." Pero Cristo le explicó que el poder no era para guardárselo para sí sino para compartirlo. Escribió Pablo: "...No osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí..." Pablo no se gloriaba en lo que Cristo había hecho por él, sino por medio de él. El único motivo por el que Dios te llena de su Espíritu Santo es para que tú te entregues en servicio a otros. Jesús dijo: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón..." ¡Dios te ha dado su poder con un propósito!.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario