Hay dos cosas garantizadas en tu caminar con Dios: la " tribulación "que te hace madurar y la "gracia" que te hace estar firme en medio de las pruebas. ¿Has pedido alguna vez a Dios paciencia? prepárate para la tribulación; no hay otro modo de alcanzarla. La paciencia no crece más que en la tierra de la adversidad. De hecho, algunas de las personas que no puedes tolerar ahora serán justo las que te hagan madurar espiritualmente y llevarte a tu destino. Dijo Dios: "Moab, mi lavamanos...." Los moabitas eran los vecinos conflictivos de Israel que les hacían la vida imposible.'¡Pero esa clase de personas nos puede acercar más a Dios!' Entonces, ¿quién es tu "lavamanos? ¿quién te saca de quicio? ¿quién te desespera tanto que te hace clamarle a Dios? ¿quién es un desafío para tu fe? ¿quien desarrolla tu carácter?.
El problema es que oramos por ciertas cosas, pero Dios tiene un proceso, aunque no entenderemos sus métodos hasta que lo conozcamos mejor a Él. Así es como funciona: pides a Dios fortaleza y te dejará pasafr por luchas que te hagan más duerte. Le pides sabiduría y tendrás que tratar con situaciones complicadas que no pàrecen tener solución. Le pides éxito y te dará la capacidad de trabajar y la sabiduría de producir. Le pides favor y te dará responsabilidades (¡que luego querrás eludir!)Ahora mismo, en tu interior, se está llevando a cabo este proceso. A lo mejor no eres plenamente consciente, pero sin él, nunca podrás manejar todo lo que Dios tiene para confiarte.
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