Cuando nos atacan, salen a la luz nuestros instintos de supervivencia, porque somos luchadores natos. Pero eso crea un problema: Pablo dijo: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, mas viven Cristo en mí..." Si tu meta primordial es sobrevivir, no estarás en condiciones de tomar decisiones correctas, sino que seguirás haciendo las cosas basado en lo que te apetece y lo que es aceptable a los demás, en lugar de hacer lo que Dios quiere.Hablarás mucho de ser fiel, pero poco acerca de llevar fruto. Y sólo podrás llevar fruto si estás dispuesto a morir a tí mismo: "...Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo,pero si muere, lleva mucho fruto" .En la Biblia aquellos que procurarron sus propios intereses en lugar de los de Dios, cediendo a sus instintos de supervivencia, se perdieron lo mejor de Él.
Sin tener en cuenta a Abraham, Lot eligió la llanura fértil del Jordán, pero perdió a su familia. El joven rico podría haber sido uno de los discípulos de Jesús, pero no quiso deshacerse de todas sus riquezas. Muchas veces, cuanto más tenemos,más nos aferramos a ello. Jesýs dijo: "Todo el que quiera salvar su vida la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará" Escribió Pablo: "Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús..." El lugar más seguro--de hecho, el único lugar seguro-- es el centro de la voluntad de Dios.
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