miércoles, 4 de noviembre de 2020

Díselo a alguien

                                Es muy bueno vivir sin sentimiento de vergüenza. No quiere decir eso que nunca vayas a tropezar y caer, sino que por la gracia de Dios, te levantarás. ¿Recuerdas cuando eras niño y necesitabas un "permiso" para faltar al colegio? Algunos se han concedido a sí mismos "permiso" para ser débiles, porque se han cansado de luchar. Claro que la vida es una larga batalla, pero la podrás ganar si te lo propones. Una de las claves para obtener victoria es: "Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho". Si estás luchando con hábitos que tratan de destruirte, Dios nunca quiso que combatieras solo. No importa cuales sean esos hábitos o luchas, cuando llegue el momento oportuno, compártelos. Cuando lo hagas disminuirá su poder en tu vida. ¿Compartirlo, con quién? te preguntarás. Pues con alguien que haya pasado por algo parecido, con alguien que sea compasivo y que pueda apoyarte en oración, con alguien a quien puedas rendir cuentas y que sepa guardar tus confidencias.

                                  Dice la Biblia: "...¡Ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante...A uno que prevalece contra otro, dos lo resisten..." Los soldados romanos se protegían unos a otros, apoyándose por la espalda cuando el ataque llegaba de distintas direcciones. Y a ti, ¿quién te cubre las espaldas? Ten en cuenta, sin embargo, una advertencia, confiesa tus faltas, no las de los demás, porque n unca serás sanado hablando de las faltas de otros. Si confiesas tus faltas, Dios te sanará. Hoy Dios quiere restaurarte y liberarte para que disfrutes de su bendición. ¿No se lo vas a permitir?.  

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