Nos gusta creer que nuestros deseos son la voluntad de Dios, pero no siempre es así. "...Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye...sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho". La confianza en la oración proviene de saber que estás pidiendo algo de acuerdo a la voluntad de Dios. Y Él nos la revela de diversas maneras:
1) Mediante Su Palabra. Averigua lo que la Biblia dice acerca de tu petición. Se cuenta de una mujer que loo único que leía eran textos escogidos de las Escrituras contenidos en una caja. ¿Te resulta familiar? Primero sacó un versículo que decía: "Judas fue y se ahorcó.." Entonces decidió sacar otro papelito que decía "Haz tú lo mismo". Rápidamente tomó otro que leía: "Lo que vas a hacer hazlo ya". En serio, no leas únicamente versículos elegidos, o solo las promesas de Dios, sino estudia también las condiciones que éstas conllevan.
2) Mediante la revelación personal. Alguien escribe: "Una de mis reglas fundamentales para discernir la voz de Dios es saber que su mensaje siempre estará en armonía con Él mismo, no importa la forma en que lo mande. Podrá haber muchas voces, pero el mensaje tiene que ser inequívoco. Si Dios me dice con una voz que haga o deje de hacer algo, de ninguna manera puede decirme lo contrario con otra...por eso mi regla para discernir lo que Dios quiere es someterme a la prueba de la armonía. "Tú también, pide en armonía con Su voluntad.
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