Una doctora investigadora del proceso de envejecimiento, llegó a la conclusión de que son necesarios los desafíos inducidos deliberadamente para mantener nuestro cerebro alerta y sano. En un experimento, dieron alimentos a un grupo de ratas de laboratorio, mientras que a otro grupo les pusieron obstáculos enfrente de los platos de comida. Las ratas que tenían que superar los obstáculos aprendieron a resolver problemas de forma más eficaz que las que lo tenían más fácil. Cuantos menos problemas tenía que solventar el roedor más se deterioraba su cerebro. También se comprobó que si pones a doce ratas en una jaula y les presentas obstáculos, sus cerebros se desarrollan mejor que cuando tienen que enfrentar la misma prueba en solitario. Y cuando realizaron el mismo experimento con ratas de 600 días de edad o más (el equivalente a 60 años humanos) los resultados fueron los mismos. De hecho, los animalitos vivieron hasta 800 días.
Luego los científicos decidieron demostrarles afecto. Las ratas tenían que superar las mismas trabas que antes, pero después los investigadores las tomaban en la mano y las ponían contra sus batas de laboratorio, las acariciaban y hablaban con cariño. Les decían 'Eres una ratita hermosa', o cosas por el estilo que se dicen a estos animalitos . Después de demostrarles afecto, esas criaturas no solamente superaron la barrera de los 800 días sino que seguían vivas a los 904 días y además continuaban desarrollándose. Ser parte de una comunidad potenciaba su aguante mental en situaciones difíciles , mientras que en la soledad hacía disminuir su capacidad cerebral.
Conclusión: para envejecer bien necesitas una tarea encomendada por Dios, amor y buenas relaciones humanas-
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