sábado, 4 de noviembre de 2023

Herido por cristianos (2)

                   Ser herido es algo inevitable, pero de ti depende quedarte con el daño. Puedes elegir o bien ser víctima para siempre y darle vueltas  a cómo deberían haberse hecho las cosas o bien aprovechar la experiencia para volverte más fuerte y más sabio. Jesús conoció a un hombre en el estanque de Betseda  que era paralítico y que había estado en cama durante treinta y ocho años. Cuando Jesús se enteró del tiempo que llevaba ahí, le preguntó: "¿Quieres curarte ? ". Después de treinta y ocho años los más probable es que este hombre viera su minusvalía como parte de su identidad. Llevaba tanto tiempo discapacitado que se tenía asimismo por víctima: "...No tengo a nadie que me meta en el estanque...". Traducido " A nadie le importo ". Pero a Jesús sí, y le ordenó que se levantara y caminara. Ahora bien, el hombre tuvo que poner fe  de su parte para superar esos viejos y arraigados sentimientos de desaliento y autocompasión ; pero cuando obedeció a Jesús fue curado en el acto. 

                      Dios nunca te obliga a sanar, ni siquiera cuando estás herido. Tienes que ser tú quien quiera recuperarse y tomar una decisión firme de que lo puedes hacer por la gracia de Dios. Afrontémoslo, la iglesia esta formada por seres  humanos llenos de defectos que a veces hablan sin pensar y hieren a los demás. ¡Pero eso no es una razón suficiente para abandonarla! "...Os ha llamado Dios para formar un sólo cuerpo...". Fuera de ese cuerpo no desempeñas ninguna función  y te faltan tanto el alimento como el propósito, de tal manera que comienzas a morir espiritualmente. Se necesita la misma energía para optar por curarte que por sentirte impotente, pero las consecuencias de una u otra decisión  son muy diferentes. Una alternativa te deja paralizado por lo sucedido y la otra te da esperanza para el futuro. ¿Cuál vas a elegir?  

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