El secreto del éxito reside en saber qué dotes te ha dado Dios y para qué. Una vez que descubras esas dos cosas, delega el resto o déjalo de lado. No es fácil, porque habrá quienes demanden de tu tiempo y energía y no están de acuerdo con tu llamado. Mira a ver que actividades te agotan y si no son fundamentales evítalas. Luego analiza cuáles te revitalizan y te "recargan las pilas" y haz que formen parte esencial de tu vida. Dirás: ¡Pero es que hay tantas obligaciones que me quitan tiempo!. No hay nadie que haya estado más ocupado que Jesús; hasta Juan habla de la cantidad de trabajo que tenía: "Hay....otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran....ni aún en el mundo cabrían los libros que se habría de escribir..." ¿Cómo hacía Jesús para seguir por el buen camino sin hartarse? Conocía el secreto del descanso espiritual y de la renovación.
La Biblia dice: "...Entendiendo Jesús que iban a venir a apoderarse de Él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte Él solo" "Volvió" nos da a entender que Jesús tenía por costumbre retirarse de la multitud para poder orar, considerar Sus planes y orden de prioridades y recargar pilas. Entiende, que para poder ser eficaz en tu obra con los demás, deberás aprender a estar cómodo contigo mismo. Un novelista dijo: 'Lo único que mantiene en movimiento a los humanos es la energía, y ¿ qué es la energía sino estar a gusto con la vida? . Si sacas tiempo para hacer lo que te entusiasma, tendrás `provisiones de donde sacar cuando tengas que dar a los demás.
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