Educar a tu hijo "en su camino" significa ser consciente de 1) Sus intereses. Alguien apuntó: "Dime lo que te gusta y te diré lo que eres". ¿Qué le gusta a tu hijo? ¿^Los números? ¿Los colores? ¿Las actividades? El mayor regalo que puedes darle no son tus riquezas, sino revelarle cuáles son las suyas. 2) Su modo de relacionarse con los demás. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones caracteriza mejor a tu hijo? a) 'Seguidme todos' b) 'Ya te avisaré si necesito ayuda'. c)'¿Lo podemos hacer juntos?' d) 'Dime que hacer y lo hago'. No tildes al niño solitario de distante, ni al que busca las multitudes de arrogante. Dios los creó así. ¿Qué le da satisfacción a tu hijo y le hace participar en algo? ¿Ama el recorrido o el destino? ¿Le gusta encasillar las cosas o resolverlas? Lo que les entusiasma a unos les aburre a otros. 3) Su entorno. Un cactus crece en condiciones diferentes de las de un rosal. ¿En qué tierra crece tu hijo? A algunos les encanta hacerse notar mientras que otros prefieren pasar desapercibidos. A algunos se les dan bien los exámenes; otros son excelentes en las asignaturas pero dan traspiés a la hora de examinarse. Winston Churchill suspendió muchas veces en el colegio, aún así cambió la historia, Solamente sobresalimos cuando estamos en el entorno adecuado. 4) Sus dotes. Con dos años, un chico tocó una pieza al piano después de haberla escuchado a alguien que enseñaba en la habitación contigua. Su madre se dio cuenta, le dio clases y el niño ganó el primer Concurso Thaikovsky Internacional de Piano de Moscú. Refrénate para no etiquetar a tu hijo antes de haberlo analizado
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