Hoy abre los ojos

                                 Un día, Eliseo y su siervo se despertaron  y la casa en que se encontraban estaba rodeada de un ejército de soldados enemigos. Al siervo le entró el pánico: '¿Qué vamos a hacer?' por lo que Eliseo oró: "Señor ábrele...los ojos para que vea" . De repente el primero vio a los enemigos rodeados rodeados por un ejército de ángeles todavía mayor. De camino a Emaús, Cleofás y su compañero estaban desolados porque Jesús, Aquel que habían puesto sus esperanzas había sido crucificado y enterrado. De repente se les unió un forastero en el camino y al llegar a su destino le invitaron a quedarse a cenar. Cuando oró y bendijo la mesa, los ojos de Cleofás y de su compañero fueron abiertos y se percataron de que aquel forastero no era otro sino el mismo Jesús.

                                   Un hombre en un tren de cercanías no paraba de mirar por la ventana y decir "Que Precioso; que precioso" ¿Qué estaba viendo? ¡Bloques de pisos viejos y deteriorados y  basura desparramada por las aceras ! Después de oírle decir "precioso" cuatro o cinco veces, la mujer al lado comentó: "A mi no me parece tan precioso" , a lo que contestó el hombre: He sido ciego por treinta años, pero gracias a la destreza de un cirujano, la generosidad de un donante y un trasplante de córnea, se me ha concedido el regalo de tener dos ojos nuevos y para mi todo lo que veo es hermoso". Quejarte no te permite ver las bendiciones de Dios, en cambio la gratitud te abre los ojos para disfrutarlas. Por eso pídele hoy al Señor que te abra los ojos a todas las "cosas hermosas" que te rodean.