viernes, 19 de julio de 2024

Hay que ganarse la confianza

                                                   Hay un arma mágica que les gusta esgrimir a los adolescentes para manipular a los padres : ¡No confías en mi! . Cuando la usan damos marcha atrás: 'No, hijo mío, no es que no confíe en ti cuando estás con tus amigos o cuando coges el coche. Es que yo..." y se nos acaban las palabras . Nos ponemos a la defensiva y se zanja el asunto. La verdad es que se puede confiar en los hijos en algunas cosas pero no en otras. No es un "todo o nada". Por ejemplo algunos estamos autorizados en el trabajo a usar el dinero de ciertas cuentas bancarias, ¡pero no se nos da acceso a todo el talonario de la empresa! Ya no seamos más "chantajeados" por nuestros hijos, e informémosles claramente de que la confianza va por etapas; un poquito ahora y otro poquito más adelante.

                                                       El humorista y escritor Mark Twain bromeó: 'Cuando un niño cumple los doce años, deberías meterlo en un barril, ponerle la tapa con clavos y alimentarlo por un agujero; y cuando cumpla los dieciséis sellar el agujero". Ahora en serio, hay momentos en que los padres así, pero habrá otros en los que tengas que aflojar la cuerda y empezar a confiar en tus hijos. Dos cosas importantes sobre la confianza. Primero, debe adecuarse a la edad. Sólo deberías arriesgar aquello que piensas que van a manejar adecuadamente. Segundo: la confianza hay que ganársela. Emma Bombeck bromeó una vez que no iba a pagar dos mil dólares para enderezar los dientes a un niño que nunca sonreía . Lo que sucede en el interior de tu jovencito explica mucho lo que ves en su exterior. Pero tranquilo, ¡vienen días mejores!.

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