En 1986 dos barcos chocaron en el Mar Negro arrojando cientos de pasajeros a las heladas aguas y causando una trágica pérdida de vidas humanas. La noticia del desastre fue más lamentable aún cuando una investigación reveló que el accidente fue causado por la terquedad humana..
Los dos capitanes eran conscientes de la presencia del otro barco, y ambos pudieron haber tomado una medida evasiva para prevenir el choque. Pero ninguno quiso ceder . Cuando vieron el error de sus decisiones era demasiado tarde.
Alguien dice que se puede crear más daño y pérdida en las relaciones humanas por razones similares. Preferimos culpar a nuestras diferencias ideológicas o políticas por los problemas del mundo. Pero esa misma persona dijo que la raíz del problema son "celos amargos y orgullo en vuestro corazón".
Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Cómo podemos impedir que la ambición egoísta y el orgullo se conviertan en desastres mayores? Debemos recurrir a "la sabiduría que viene de lo alto", sabiduría que es "primeramente pura, después pacífica, amable y benigna, llena de misericordia y de buenos frutos". Eso marcará el inicio de la armonía...no de la destrucción.
Algunos problemas vienen de querer hacer lo que nos dé la gana; otros vienen porque se nos permite hacerlo.
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