lunes, 30 de septiembre de 2013

Felicidad matrimonial

                                                                    Cuando el camino de rosas se esfuma y llega la realidad, ¿que hace que unos matrimonios sean felices y que otros se suman en la miseria? ¿Es cuestión de suerte? ¿Son los buenos genes? ¿Es el mantenerse firme? ¡Qué va! La felicidad matrimonial que transciende las circunstancias cambiantes se fundamenta en las palabras de Jesús. Echémosles un vistazo: 1)Bienaventurados los humildes. Es decir ( felices aquellos que se consideran insignificantes) El orgullo que consiste en echarse flores y reclamar derechos trae miseria, mientras que la humildad, el negarse a sí mismo y el mirar por las necesidades de tu compañero, trae felicidad. 2) Bienaventurados los pacíficos. los amables, pacientes y apacibles. Si tratas las dificultades y las deficiencias de tu marido ó mujer con amabilidad, tacto y perseverancia demostrarás ese amor que sana los episodios dolorosos del matrimonio. 3)Bienaventurados los misericordiosos. Tarde o temprano nos haremos daño el uno al otro. Habrá heridas, decepciones y enfados, y también el deseo de hacérselo pagar. Pero así como la venganza engendra más venganza, la misericordia engendra más misericordia. La misericordia no es "dejarle que se salga con la suya". El tratarse con gracia es recíproco; crea un ambiente en el que si caes, tu cónyugue4 te extenderá misericordia, y pone fin a los conflictos cuando ninguna otra cosa funciona. 4) Bienaventurados los pacificadores. La necesidad de "tener razón" y "ganar" no hace otra cosa que intensificar el conflicto. En el matrimonio cuando uno "gana" ambos pierden. Renunciar a una victoria personal por ser pacificador es una amplia victoria. Estarías perdido por la eternidad si Jesús no hubiese cedido Sus derechos por tus faltas y pecados. El anillo no es el único símbolo del matrimonio cristiano, sino también la cruz grabada en él.    

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