martes, 16 de septiembre de 2014

¡No seas impulsivo!

                                                           Aunque eran hermanos, Esaú y Jacob eran muy distintos, pero pronto aprendieron a negociar, ¿Has visto alguna vez a niños que hacen tratos que claramente favorecen a unos y perjudican a otros? Por ejemplo un niño ofrece una chocolatina a otro a cambio de un vídeo muy caro: Pues bien, esa misma dinámica funcionó entre Esaú y Jacob. Esaú había estado cazando y volvió a casa agotado y hambriento. En ese momento nada le importaba más que la comida
así que ni siquiera pensó en el futuro ni en su herencia de primogénito. En un momento d debilidad dijo: "Me estoy muriendo, ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y vendió a Jacob su primogenitura por pan y el guisado de las lentejas..." Una decisión que tuvo que lamentar el resto de su vida y de la que no pudo retractarse.
                                                            A los drogadictos en rehabilitación se les enseña la importancia de observar la señal de STOP con cuatro cosas que les ponen en peligro: cuando tengan hambre, estén enojados, se sientan solos o estén cansados. Y tú también: Si actúas siguiendo los impulsos podrás hacer lo siguiente: 1) Comprar cosas que no necesitas, a precios que no te puedes permitir, 2)
reaccionar antes de saber todos los hechos, con la consiguiente pérdida de respeto, oportunidades y buenas amistades. 3) Comprometer tu carácter por unos momentos de placer pecaminoso; 4) abandonar la carrera en la mitad, o lo que es peor a punto de conseguir la victoria. La Biblia dice: "El que crea no se apresure" Cuando tomas decisiones basadas  en la gratificación instantánea en lugar de en convicciones profundas y en propósitos a largo plazo, al final siempre pierdes. Así que no hagas esa clase tratos y no te juegues el destino dado por Dios por un momento de placer. Sé paciente y aguanta, Si lo haces, Dios hará que se realicen tus sueños a lo grande, en lugar de que sean menoscabados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario