Cuando Jesús dijo a Pedro que pronto iba a negar a su Maestro el apóstol presumió diciendo: 'Otros lo harán, pero yo no'. Son embargo pocas horas después le vemos renegando y jurando no conocer a Jesús. Nos puede suceder a todos. La Biblia dice: "Cada uno es tentado, cuando de su propia pasión es atraído y seducido". Todos tenemos áreas de vulnerabilidad que si no se disciplinan con carácter y compromiso podrían derrotarnos y hasta destruirnos. ¿Qué se puede hacer?. 1) Reconócelas. Antes de ceder a la tentación normalmente pasas por ciertas etapas. Si descuidas la oración y el estudio de la Biblia te haces indiferente a Dios, insensible al peligro y te encuentras atraído a la tentación como una polilla a la llama. Luego justificas tu desobediencia y piensas 'Nadie lo sabe, ¿qué daño puede hacer esto?' Y cuanto más acallas la voz de la conciencia, más fuertes se hacen los apetitos carnales. Luego te rodeas de personas que hacen las mismas cosas, o que dan de paso tu comportamiento. Jesús dijo: "Velad y orad para que no entréis en tentación". Ora por fortaleza antes de que llegue la tentación.
2) Busca ayuda. Cuando Josafat se enfrentó a un enemigo mucho más fuerte que él, oró a Dios: "...Nosotros no tenemos fuerza con que enfrentar a la multitud tan grande que viene contra nosotros; no sabemos que hacer , y a Ti volvemos nuestros ojos" . Josafat sabía que él era mucho más débil que el Enemigo, y también sabía donde acudir para buscar ayuda. ¿Cuál es el secreto de la victoria? Confiar menos en ti y más en Dios.
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