Para poder cambiar tu vida, primero deberás cambiar tu forma de pensar; pero no resulta nada fácil cuando te has pasado la vida pensando de determinada manera. Un líder cristiano dijo: "Los pensamientos son nuestros mejores amigos y nuestros peores enemigos". El rey Salomón lo expresó así: "...Cuales sean tus pensamientos íntimos tal eres tú..." Para cambiar de forma de pensar, tendrás que ir cambiando cada pensamiento, uno por uno. Eso requiere disciplina y determinación, pero merece la pena. Si quieres competir en una maratón, no seguirás una dieta de dulces, ¿verdad? Del mismo modo, el rendimiento dependerá del combustible que utilices. Pero no le solemos prestar atención a eso, aún sabiendo que alimentar bien la mente importa muchísimo más que alimentar todo lo demás. Alberga pensamientos de excelencia en tu mente y verás cómo te transforman.
Lo que entra en tu mente de continuo la ocupa, le da forma, la controla y al final se exterioriza en lo que haces y la persona en que te conviertes. Tu mente absorberá y reflejará aquello a lo que está expuesta. Tu mente está moldeada por los eventos a los que asistes, las relaciones que mantienes, los contenidos que lees o dejas de leer, la música que escuchas, las imágenes de los medios de comunicación a las que te expones, las conversaciones que entablas y tus pensamientos; y al final todo eso transformará tu carácter y tu destino. Entonces, ¿qué puedes hacer? Comienza cada día orando así: "Señor quiero tener la mente que describe Tu Palabra, una mente llena de " pensamientos excelentes, admirables.honrosos y dignos de alabanza" ¿Te imaginas como sería tu vida si oraras así de continuo y programaras tu manera de pensar en consonancia?.
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