viernes, 15 de septiembre de 2017

Si es la voluntad de Dios, podrás conseguirlo

                                                         Hay una anécdota sobre tres hombres  abandonados en una isla desierta con poca esperanza de ser rescatados. Un día, mientras caminaban por la isla, uno recogió una lámpara vieja y deslustrada. Al frotarla apareció un genio y ofreció cumplir un deseo a cada uno. El primer hombre dijo: "Deseo volver a mi oficina en Boston". ¡Pum! Allá se presentó. El segundo dijo: "Deseo volver con mi familia en Londres". ¡Pum! Allí apareció. El tercero miró a su alrededor y dijo: "Qué solitario se ha quedado esto" Deseo que vuelvan mis amigos". El problema de desear es que no existen las lámparas maravillosas ni los genios. ¡Pero Dios si existe! Y puesto que Él está al mando de tu vida y es mas poderoso que cualquier genio, cuando tus deseos se conviertan en oraciones acordes con Su voluntad, se podrán hacer realidad.
                                                             Te preguntarás: "¿Pero eso lo enseña la Biblia?". Claro, en ella leemos: "Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido". Pero incluso cuando tu deseo es conforme a la voluntad de Dios necesitas una cosa más: fe. La fe tiene dos funciones: a) abrirte los ojos para ver que las promesas de Dios son personales; b) hacer de puente para alcanzar la promesa de Dios para tu vida. Entonces ¿que deseas? Si es la voluntad de Dios podrás conseguirlo.  

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