jueves, 3 de mayo de 2018

Mantente centrado

                                                   Eres efectivo cuando eres selectivo, pero es muy humano despistarse. Somos como giroscopios, dando vueltas frenéticamente y sin llegar a ninguna parte. Si no tienes un propósito claro, siempre vas a estar cambiando de dirección, de trabajo, de relaciones, de iglesia, etc., con la esperanza de que cada cambio quitará la confusión o llenará el vacío que haya en tu corazón. Piensas que esta vez será distinto, pero tu verdadero problema no se soluciona, es la falta de enfoque.
                                                   El poder de la concentración se observa muy bien con la luz. Con una lupa, los rayos de sol pueden prender fuego a un papel. Y cuando la luz se concentra aún más, como el rayo láser, éste incluso puede atravesar el acero. No hay nada tan potente como una vida centrada. Los hombres y las mujeres que marcan las mayores diferencias en la vida son los que más centrados están. Por ejemplo el apóstol Pablo dijo: "...una cosa hago; olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante..." Dar a conocer a Cristo era la obsesión de Pablo. Así que si quieres que tu vida cuente, ¡céntrala! Deja de dar bandazos y de intentar hacerlo todo. Haz menos. Aléjate incluso de las "buenas actividades" y haz sólo lo que más importa. Nunca confundas actividad con productividad. Un poeta escribió: "Un talento bien cultivado, intensificado y ampliado es más valioso que cien facultades superficiales. La primera regla del éxito hoy en día, habiendo tantas cosas que reclaman nuestra atención, es la concentración para poder dirigir todas nuestras energías hacia un punto determinado e ir directamente hacia él, sin mirar a la izquierda ni a la derecha"-¿Se consigue esa concentración fácilmente o de manera natural? No. es una disciplina que debe ser practicada a diario.       

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