lunes, 21 de mayo de 2018

Viviendo impermeabilizado al rechazo

                                                  ¿Te has preguntado alguna vez por qué a alguien le puedes parecer simpático? Para muchos de nosotros, esta cuestión es una "profecía" que hacemos realidad nosotros mismos
El miedo al rechazo es tan enorme que nos protegemos de la siguiente manera : (a) Prometiéndonos que jamás  dejaremos que alguien se acerque lo suficiente como para poder herirnos de nuevo. Esto suena muy bien en teoría, pero al dejar a los demás fuera, nos encerramos dentro de nosotros mismos, y todas nuestras relaciones sufrirán las consecuencias; (b) Colocándonos la mejor (máscara inmutable) que tengamos. '¡Yo soy muy duro!'  Ademas, ¿quién necesita a otros?. Como resultado, nadie puede satisfacer nuestras necesidades; (c) Alejando a los demás. Cuando nos sentimos rechazados, imaginamos que nos están atacando aunque no sea así. Por lo tanto nos ponemos los "guantes de boxeo", preparándonos para pelear; (d) Intentando "comprar" protección contra el rechazo haciendo favores a la gente. o aceptando relaciones abusivas porque pensamos que eso es lo que nos merecemos y porque tal vez sea nuestra última oportunidad de recibir cariño; (e) Siendo excesivamente perfeccionistas. ¡Déjalo! Dios ya te ama incondicionalmente  y los estándares humanos varían tanto que nunca vas a conseguir hacer feliz a todo el mundo, no importa lo mucho que lo intentes.
                                                      Mientras sigas "haciendo negocios" con una baja autoestima, continuarás atrayendo a las personas equivocadas. Así que escucha: "Mirad que grande es el amor del Padre que nos ha llamado hijos de Dios, ¡y lo somos!. Y "...todavía no se ha manifestado lo que después hayamos de ser...: cuando Cristo venga, seremos semejantes a Él..." Si tu autoaprecio proviene de cualquier opinión que no sea la del Señor, será siempre muy vulnerable, porque los que te critiquen querrán rebajarte, y además tus esfuerzos y fracasos impedirán que te levantes de nuevo. Y lo peor de todo es que nunca descubrirán la persona única y maravillosa que Dios creó en ti. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario