miércoles, 26 de septiembre de 2018

Es hora de apartarse

                                                  Nos dice Lucas: "Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente lo buscaba y llegando donde estaba, lo detenían paran que no se fuera de ellos. Pero Él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para eso he sido enviado".Examina la vida de Cristo: El dominio propio que ejerció, la crítica que despertó, la comunión que disfrutó con Dios, y ¡sigue su ejemplo!.
                                                   Jesús renunció a cosas buenas para poder aceptar las cosas apropiadas. Eso no es fácil. Tal vez Dios quiere que salgas de donde estés, pero tú te quedas; o quizás quiere que te quedes, pero te vas. ¿Cómo puedes saberlo? Sepárate de la multitud y encuéntrate con Jesús en un lugar desierto. Esta palabra "desierto" no significa un lugar desolado, sino simplemente tranquilo, un lugar para pensar, para orar, para oír de parte de Dios, para recargar las pilas y volver a trazar tu camino. ¡El diablo odia este tipo de paradas!.
                                                    Alguien señala que en la sociedad contemporánea, el diablo se especializa en tres cosas: el ruido, las prisas y las multitudes. Si puede conseguir ocuparnos el los "muchos quehaceres" y los "muchos teneres", estará satisfecho. Él implanta taxímetros en nuestros cerebros. Oímos el incesante tic,tic,tic que nos dice que nos apresuremos, más deprisa, más deprisa, el tiempo es dinero, y el resultado es esta confusión bulliciosa, llamada raza humana. Pero Jesús va en contra de la corriente y dice: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y os haré descansar". ¿Vas a venir? ¿Vas a seguir a Aquel que a menudo "...se apartaba a lugares desiertos para orar". Un millón de voces te dirán que no lo hagas. ¡No las hagas caso!. 

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