Alguien escribe: "Cuando un alfarero hace una vasija, comprueba su solidez sacándola del horno de cocción y dándole un golpe. Si "Suena" con un tono claro, el proceso ha terminado, pero si el sonido es "amorfo" la mantiene por mas tiempo.
También el carácter se mide a base de golpes; esas llamadas de teléfono tarde en la noche...profesores con quejas acerca de nuestros hijos...comidas que se nos queman...pinchazos inoportunos,,,plazos de entrega imposibles de cumplir, etc. Golpes como estos, sacan lo peor de nosotros...No llegan a ser tan importantes como para provocar una crisis, pero si recibes demasiados, ¡ojo! Atascos...largas colas...correo esperado que no llega...ropa sucia en el suelo...pom, pom, pom. ¿Cómo reaccionas? ¿Tarareas una canción o sale de ti un lamento? Jesús dijo: "...De la abundancia del corazón habla la boca" y nada como un buen "golpazo" revela el verdadero estado de nuestro corazón. Lo que hay dentro no sale a la luz cuando se hacen actos heroicos, sino en la monotonía del día a día. Si tiendes a "quejarte" en lugar de "cantar", no te desanimes.
Hay esperanza para los quejumbrosos. Empieza por dar gracias a Dios; no un agradecimiento a medias, sino algo que te salga de dentro, cargado de gozo y alegría desbordantes. Nos dice el apóstol Santiago: "...Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia". Es Dios quien te golpea por tu propio bien. Puesto que vas a ser probado, mas vales que aprendas de esos golpes. Considéralos como una oportunidad para desarrollar tu paciencia y perseverancia. Dependiendo de como lo enfoquemos, cada golpe nos puede beneficiar o hacer daño. Sé consciente de esos altibajos. Durante la semana, tenemos momentos en que podemos esperar esos momentos difíciles en que tendremos que soportar una prueba. Coge el toro por los cuernos, poténciate con una oración mas eficaz, no tires la toalla...que un golpe no tiene por qué ser desastroso, ya que todos ellos suceden para tu propio beneficio, si eres de aquellos que aman y obedecen a Dios.
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