viernes, 29 de noviembre de 2019

¡Decídete a cambiar!

                                        Su te has propuesto en serio cambiar: 1) Lo primero que debes hacer es conocerte a tí mismo. Da la impresión de que la naturaleza humana nos ha otorgado la capacidad de evaluar a todo el mundo--salvo a nosotros mismos. Si no te sientes cómodo contigo mismo, no te sentirás cómodo con los demás. Y si no crees en tí mismo, esa falta de autoestima minará tu vida. Decía un consejero matrimonial: "La relación más importante que existe es la relación con uno mismo". Ante todo, tienes que ser tu mejor amigo. Pero no puedes ser el mejor amigo  de alguien a quien no conoces, o que no te agrada o que no respetas. Por eso es fundamental que descubras el llamado que Dios ha puesto en tí, y luego procures ser esa persona que Dios quiere, aunque eso no va a ocurrir de la noche a la mañana. Es un proceso que requiere una mentalidad basada en la sinceridad, el arrepentimiento frecuente y la autocorrección constante. Si estás dispuesto a hacerlo, Dios te ayudará.
                                             2) La primera persona en la que tienes que trabajar es en tí mismo. Un doctor escribió: "Aquel cuyo conocimiento de la naturaleza humana es tan limitado que busca la felicidad cambiando todo, salvo su propia disposición a cambiar desperdiciará su vida en esfuerzos infructuosos y aumentará el sufrimiento que busca eliminar". La Biblia dice: "Examinaos a vosotros mismos..." Únicamente descubriremos  cuales son nuestros verdaderos puntos débiles si nos examinamos delante de Dios. Luego tenemos dos caminos a elegir. O bien podemos ser como el hombre que fue al médico y se enteró que tenía serios problemas de salud. Cuando el doctor le enseñó las radiografías y le sugirió que se operara, el paciente preguntó: 'Está bien, ¿pero cuanto me cobraría por retocar las radiografías nada más?
O bien ¡puedes decidirte a cambiar!.

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