Todo logro comienza con una decisión. Y es esta, y no la suerte, la que determina su destino.Jesús nos relató la parábola de un empresario que dio a uno de sus empleados diez talentos, y también los dobló. El tercer empleado recibió un talento pero lo enterró. Por temor de perderlo ni siquiera aceptó un pequeño riesgo. El dueño se puso furioso: "Eres un empleado malo y perezoso. Si sabías que soy muy exigente, ¿porque no llevaste el dinero al banco?...." La Biblia dice también: "...Por fe andamos no por vista". A menos de que estés dispuesto a aceptar riesgos por los que has orado, que has considerado cuidadosamente, y acerca de los cuales te han aconsejado, no andarás por fe;
y "...sin fe es imposible agradar a Dios...".
Jesús concluyó su palabra diciendo: "---al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado". Deberías proponerte sacar el máximo provecho de todo lo que haces. Alguien llama a esto
"obtener la mayor rentabilidad de la vida". Significa colocar todas las inversiones en el banco de Dios (no te preocupes, ¡éste no quiebra!. Para conseguir más, debes usar lo que Dios ya te ha dado. Cuando das un paso de fe, Dios actúa y ocurren cosas extraordinarias. El mismo dice: "No es lo que tenemos, sino lo que usamos, no lo que vemos, sino lo que escogemos; ésas son las cosas que coartan o realizan la felicidad humana. "Cuando pones límites a tus acciones, estás limitando tus posibilidades. Piénsalo bien: Si no actúas ahora, el costo será mucho mayor después.
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