martes, 7 de enero de 2020

Ser más como Cristo (2)

                               Se puede comparar el crecimiento espiritual a una semilla, un edificio y un niño. Cada una de estas cosas requiere tu colaboración . Una vez plantada la semilla, hace falta regarla,  fertilizarla y protegerla. Cuando se erige un edificio, hay que mantenerlo. Cuando nace un niño, hace falta cuidarlo.enseñarle y disciplinarlo. Hay que entender, no obstante, que el esfuerzo humano no juega papel alguno en la salvación, aunque si es el elemento esencial del crecimiento espiritual. No puedes quedarte sentado y esperar evolucionar y madurar espiritualmente.
                                Pablo expone nuestras tres responsabilidades para llegar a ser más como Cristo:
                                1) Decidirnos. "...Despojaos del viejo hombre , que está corrompido por los deseos engañosos" Tenemos que decidir a diario despojarnos de nuestras viejas costumbres.
                                2) Renovarnos. "No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento..." La palabra griega para transformación es "metamorfosis" que describe el fascinante proceso para que un gusano se convierta en mariposa. Eso nos da una imagen de lo que ocurre cuando pasamos tiempo en oración, alimentándonos de la Palabra de Dios y dejando que Él dirija nuestros pensamientos- Al asumir la belleza del carácter de Cristo, comenzamos a crecer y a elevarnos a cotas más altas.
                                3) Revestirnos.  Debemos revestirnos cada día con el carácter de Cristo. ¿Cómo se hace? Creando nuevos hábitos. Tu carácter está constituido por la suma de tus hábitos diarios: es decir, ¡llegas a ser lo que haces! Por ello, "...revestíos de la nueva naturaleza, creada por Dios en justicia y santidad verdaderas" Si quieres ser como Cristo, sigue los tres pasos anteriores y lo conseguirás. 

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