lunes, 31 de diciembre de 2012

Empieza bien el Año Nuevo

                                                                                                     Para empezar el año con buen pié, tienes que dejar los viejos rencores que te están abrumando. Alguien describe el perdón como un acto antinatural y dice: "...Los delfines no perdonan a los tiburones por haberse comido a sus compañeros de juego. El mundo animal no es compasivo, sino despiadado" La amargura es la consecuencia natural de sentirse herido, mientras que el perdón es sobrenatural y necesita la gracia de Dios para ponerlo en práctica.
                                                                                                      Al perdonar, cambias toda la dinámica y abres la puerta de una cárcel en la que tú eres a la vez el prisionero y el carcelero, liberándote a ti mismo y a la otra persona. Lo único que hacen los rencores es alejarte de los que fueron tus amigos, te acortan la vida, al producir unas enzimas dañinas que causan una serie de problemas de salud.
                                                                                                        Un hombre le dijo a su consejero: '¡Cuanto me gustaría que mi hermano viniera a mi boda, pero no nos hemos hablado durante años! El consejero le preguntó: '¿Cual es el motivo?' El hombre reflexionó un momento y dijo: 'Le puede parecer ridículo, pero la verdad es que no me acuerdo.' Alejarse de alguien es la reacción normal de un espíritu que no quiere perdonar; pero el perdón da un giro a la situación, con la restauración y sanidad de las relaciones rotas. Se ha comprobado médicamente que el perdón alarga la vida. Como regla general, si hablas con personas que han pasado los ochenta años, muchas de ellas están en paz consigo mismas-porque han aprendido a perdonar y a olvidar.       

No hay comentarios:

Publicar un comentario