miércoles, 7 de mayo de 2014

Cuando caes

De todos los discípulos de Cristo, Pedro era el único que creía que él no iba a caer. Pero lo hizo, y a lo grande. Jesús le dijo: "...El diablo os ha pedido para zarandearos como a trigo;pero yo he rogado por tí, para que tu fe no falte, y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos" Fíjate en tres importantes verdades: Todos podemos caer. No creas la mentira que te dicen de "si de verdad fueras cristiano no habrías caído así". Cuando Dios te salva, tu espíritu cambia inmediatamente,pero hasta que se sometan al control de Cristo todos tus sentimientos, apetitos y deseos, seguirás luchando en ciertas áreas. Esto no tiene nada que ver con tu salvación pero si está relacionado directamente con la madurez espiritual. Debemos estar dispuestos a arrepentirnos. El problema de la tentación es que suele empezar como algo que nos da placer. Crees que dominas la situación y cuando caes en la trampa tratas de salir de ella por tus propias fuerzas. Pero no funciona así. La Biblia afirma: "...Dios se opone a los orgullosos pero dá gracia a los humildes" La gracia de Dios no es para los arrogantes. Sólo se la da a los humildes, a los corazones arrepentidos. Una vez que somos libres, conservamos esa libertad ayudando a los demás. Dios nos saca de una mala situación para ponernos en una buena; de no ser así, buscaríamos nuestros antiguos contactos. Por eso, la manera de conservar lo que tenemos es dándoselo a los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario