jueves, 15 de mayo de 2014

El peligro de ir en busca del poder

                                                        Si has estado alguna vez en compañía de gente que trata de escalar socialmente o que menciona todos los contactos que tiene, te habrás dado cuenta de que la naturaleza humana no cambia mucho. Sigue existiendo "a ver quién puede más". Y puesto que ciertas formas te llevan adonde tu dinero no puede, es hasta posible asistir a clases de "protocolo en la mesa del poder" y aprender cosas como nunca entregarle tu plato al camarero y jamás agacharse para recoger un cubierto que se te haya caído. De hecho, una regla crucial para asegurarte tu lugar en el escalafón social es no agacharte para nada, Ni siquieras para satisfacer las necesidades de alguien, reconocer tus errores o dar a quienes no te lo puede devolver.
                                                          La búsqueda de poder te lleva a creer que eres mejor que los demás y te impide servirlos; hace que seas susceptible a los cumplidos, que resistas los consejos sinceros y que acabes aislado sin rendirle cuentas a nadie. Esa actitud se manifiesta a diario en detalles como no elogiar a quienes están por debajo de ti para que "no se olviden de cuál es su lugar", renunciar a ser amable y educado con tu compañero a fin de no perder tu arma más poderosa, el control, y anteponer la ambición personal a la dignidad y mantenerte distante para castigar y manipular a alguien. Estas estrategias de poder están pensadas para que consigas lo que quieres a expensas de otros. Pero la Biblia advierte: "El orgullo del hombre lo humillará, pero el espíritu humilde obtendrá honores".      

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