viernes, 23 de mayo de 2014

"...Se encuentra vino nuevo en el racimo..."

                                                         El reto que nos enfrentamos en el crecimiento de una iglesia, que quizá sea el más frustrante, es hacer partícipe a los nuevos.¿Por qué? Un mensaje en el tablón de anuncios de una iglesia nos da una pista. La primera línea dice: "Nos importas" y en la línea siguiente pone: "Domingos 10,00 solamente".
                                                         Solemos sentirnos perdidos y solos en medio de un grupo grande, aunque sea en la iglesia. Sentarse en el banco de la iglesia y ver la cabeza del que tienes sentado delante durante una hora y media no va a satisfacer las necesidades emocionales, relacionales o espirituales de nadie. Como miembro del cuerpo que es la iglesia, te corresponde dar el primer paso y entablar relaciones con quienes tengas a tu alrededor. Jesús se volcó en amor a los caídos, a los fraudulentos y a los infieles, es decir, personas con quien nadie se relacionaría. Cuando venga alguien a tu iglesia y conozca a Cristo, ahí empieza tu trabajo. Los nuevos están llamados a servir y tú estás llamado a enseñarles como, cuando y donde. "...Se encuentra vino  nuevo en el racimo..." . El vino habla del gozo, pero no puedes sacarlo de un solo grano de uva; necesitas un "racimo". ¿Captas la idea?.

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