Ëranse tres mujeres que decidieron confesarse sus debilidades.
La primera reconoció beber en exceso; la segunda admitió que tenía envidia del físico de otra amiga.
La tercera quedó callada, así que las otras insitieron: "Venga, ¿cual es tu debilidad?" Por fin respondió: 'Es el chisme, y me muero de ganas de salir de aquí y contar esto a alguien'. En serio, La Biblia es firme respecto al chisme: "El que refrena su lengua protege su vida,pero el ligero de labios provoca su ruina".
El chisme es como el barro que se arroja contra una pared - a lo mejor no se queda pegado pero deja una mancha - y esa mancha puede permanecer ahí toda una vida. Por lo tanto antes de lanzar el "barro" mira bien adonde "apuntas". Pregúntate cuánto daño vas a causar y cómo te vas a sentir después. Dijo Salomón: "En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto" ¿Te das cuentas? Te vas a "comer tus palabras". Recogerás la cosecha de lo que has sembrado, ya sea bueno o malo. Y no olvides: Si estas buscando faltas que criticar, no tienes más que mirarte en el espejo. Cuando te dedicas a eliminar tus propias debilidades no te queda tiempo para murmurar de las de nadie.
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