Tus ojos pueden engañarte. Los hermanos de José lo vendieron como esclavo, mancharon su túnica con sangre de cabra y le dijeron a su padre que lo había despedazado una fiera del campo. Por consiguiente el anciano padre dijo: "...Guardaré luto, hasta que descienda al sepulcro, para reunirme con mi hijo" Pero en realidad, José estaba vivo y un día llegaría a ser el primer ministro de Egipto y salvaría a toda su familia durante la época de hambruna. Sin embargo su padre vivió todos esos años llorando a su hijo por algo que vio: una túnica. A veces los hechos y la verdad no coinciden. Los hechos tal vez confirmen que la economía está en mal estado, pero la verdad es que " Dios...suplirá todo lo que os falta, conforme a sus riquezas..."
Dios quiere que lo mires a Él y que sepas que en tus momentos más amargos no tienes que temer. Lo que tienes a tu favor es mucho mayor de lo que tienes en contra. Por lo tanto levántate en fe y afirma con el salmista: "Mi socorro viene del Señor..." Si lo crees de verdad, actúa en consecuencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario