lunes, 23 de marzo de 2015

"Dios...nos hizo y no nosotros a nosotros mismos..."

                                                    ¿Necesitas un poco de motivación hoy? Fíjate en la palmera. 1) La puedes cortar, pero no matar. Los minerales y los nutrientes que necesitan la mayoría de los árboles para sobrevivir se encuentran en la superficie, justo debajo de la corteza. Por eso cuando los cortas, se mueren. Pero no la palmera; la vida le viene de dentro, por lo que prospera incluso cuando la atacan. Mira, "...tenemos un tesoro en vasos de barro..." ¡Qué increíble que aunque este vaso de barro pueda recibir cortes  y heridas, el tesoro que lleva adentro sigue a salvo, fuera del alcance del enemigo.! 2) Se dobla, pero no se rompe. Los vientos tropicales pueden arrancar la mayoría de los árboles, pero no la palmera. Cuanto mas fuerte es, más se dobla, a veces hasta llegar al suelo. Pero cuando cesa la tormenta, se erige de nuevo y se vuelve más fuerte en la zona donde se dobló.
¡Qué simbólico! Fuimos hechos para poder doblarnos sin rompernos porque Dios nos hace "fuertes
(para) soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia y con alegría" 3) Su profundidad siempre excede a su altura. Mientras que las raíces de una planta media suelen tener dos metros de profundidad, las de la palmera pueden alcanzar cientos de metros buscando agua. David dijo: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios el alma mía" Profundiza fomenta tu relación con Dios y así nunca te arrancarán, ni te quedarás sin fruto, ni te llevarán los vientos.

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