martes, 24 de marzo de 2015

¿Estás floreciendo?

                                                      Dentro de ti se libra una batalla entre el "yo" que florece(la persona que Dios creó) y el "yo" que languidece. Seguro que te preguntas ¿Y eso qué es?. Tu yo 'languidencete' se siente incómodo y descontento, te arrastra a malas costumbres, como ver la televisión indiscriminadamente, beber más de la cuenta, hacer mal uso del sexo, despilfarrar, en definitiva, cosas ideadas para paliar el dolor en un momento. Tus pensamientos se inclinan automáticamente hacia el miedo y la rabia; tienes la sensación de que no vale la pena aprender; piensas en ti la mayor parte del tiempo.
                                                        Florecer(desarrollarse, progresar y prosperar) se produce: 1) En tu espíritu. Sientes que comienzas a recibir  ideas y energías de una fuente externa. Y así es, puesto que el Espíritu de Dios te está capacitando. Hablamos de recibir inspiración que significa 'recibir el soplo de Dios'. Dios ha soplado Su aliento en ti, cobras vida y sientes que tienes un propósito. 2) En tu mente. La alegría y la paz definen tus pensamientos. Tienes el deseo de amar y aprender. Tes estás transformando "por medio de la renovación en (tu) entendimiento" 3) En tu tiempo. Te despiertas cada día con entusiasmo y te das cuenta de que nunca se es demasiado joven para florecer. Mozart ya componía su extraordinaria música a los cinco años. Pablo le dijo a Timoteo: "Que nadie te menosprecie por ser joven..." También te das cuenta de que nunca se es demasiado mayor para florecer. Una abuela de setenta y nueve años cuando comenzó a pintar. Y otro artista creó algunas de sus mejores obras  pasados los noventa años . Estar bien ser modesto y reconocer que no podrás ser lo todo, pero sólo florecerás cuando aceptes tus limitaciones e intentes desarrollar al máximo la persona que Dios quiso que fueras cuando te creó.  

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