viernes, 6 de marzo de 2015

"..Nos consuela en todas nuestras tribulaciones..."

                                                    De todos los nombres con los que se le llama a Dios en las Escrituras, ninguno reconforta más que "el (que) nos consuela en todas nuestras tribulaciones" Fíjate
" en todas". Eso significa que no hay excepciones ni limites para el consuelo de Dios, no importa lo horrorosas que puedan ser las circunstancias. El consuelo es un nombre de Dios y es parte de Su naturaleza; es la esencia de quien es y lo que quiere hacer. Es imposible acercarse a Él y no ser consolado. Por el contrario la falta de consuelo se debe a una ruptura de la conexión con Dios, generalmente a consecuencia de la falta de fe. El consuelo viene por la fe. Puedes concebir intelectualmente que Él es el Dios de todo consuelo, pero no sentirte reconfortado porque dudas.Jesús le dijo al ciego que se le acercó para ser sanado que se hiciera conforme a su fe.
                                                      No basta con "saber" también hay que "creer"  para poder recibir el consuelo. Los sentimientos le siguen a la fe, ¡y no al revés!. Suponte que estás haciendo tu primer crucero transatlántico y que estás un poco nervioso por la seguridad del barco. El capitán te aseguró que él es un experto veterano y que el buque es el último modelo y que está equipado con sistemas de comunicación y seguridad modernos . Si, al igual que tantos cristianos, te niegues a creerle hasta que empieces a sentirte tranquilo, probablemente desembarques o pases el resto del viaje angustiándote innecesariamente. Pero si decides creerle al capitán, pronto sentirás que la ansiedad disminuye y estarás más cómodo.Hoy mismo, decide confiar en el "Capitán de nuestra salvación"  quien promete confortarnos "En todas nuestras tribulaciones" y recibirás el alivio que Él te da.          

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